Industria establece metas para mejorar el valor nutricional de los alimentos y hacerlos más saludables
Fabricantes de galletas, pastas y panes y pasteles industrializados, representados por ABIMAPI, se han comprometido con las directrices establecidas por el gobierno para mejorar el valor nutricional de sus productos. El Ministerio de Salud (MINSA) y asociaciones de la industria firmaron en 2008 y renovado en 2011 términos de compromiso de reducir las cantidades de grasa, sodio y azúcar en los alimentos procesados. La construcción de acuerdos y compromisos con las asociaciones tiene como principales ventajas la representatividad del mercado (que van desde 60% a más del 90%, según el producto de que se trate), la fuerza de los cambios de ejecución y la impersonalidad y la desconexión con las marcas.
La disminución en el uso de grasas trans, por ejemplo, ya es una historia de éxito. En 2008, la Organización Panamericana de la Salud (Opas) recomienda una reducción de la cantidad de grasas trans en los valores de no más de 5% de la cantidad total de grasa en los alimentos procesados y no superior al 2% de la grasa total en aceites y margarinas . Dos años más tarde, hubo 93,4% de logro de los objetivos de las industrias representadas por la Asociación Brasileña de las Industrias de Alimentos (ABIA). El resultado fue de 250 000 toneladas de grasas trans que ya no se incorporan a los productos elaborados.
Sobre el contenido de sodio en particular, la ABIMAPI en 2011, firmó con el MS un término para limitar la cantidad de este ingrediente utilizado en los alimentos procesados. El propósito del sector cooperar es reducir la ingesta diaria de sal a menos de 5 g por persona 2020. Para la MS estima que el consumo medio brasileño es 12 g por día, más de dos veces el máximo recomendado.
La industria alimentaria, el alcance de los sectores bajo el paraguas de ABIMAPI, también fue responsable de la adopción de criterios para la reducción de sodio en sus productos, de acuerdo con valores iguales o inferiores a los establecidos para cada categoría. Entraron en este acuerdo los segmentos de fideos instantáneos, pan y bisnaguinhas industrializada manera. Las galletas y pasteles listos unieron al proyecto en un siguiente paso. Desde 2012, las metas bienales, teniendo en cuenta criterios como la viabilidad tecnológica, el mantenimiento de las características del producto y la aceptación del consumidor se instituyen. El plazo para la adaptación termina en 2020.
También hay mejoras con respecto a la reducción de la cantidad de azúcares. De acuerdo con la Encuesta de Presupuestos 2008/2009, realizado por el Instituto de Geografía y Estadística de Brasil (IBGE), hay un consumo excesivo de azúcares por la población de Brasil (61%). MS, continuando con el plan de acción nacional para mejorar la calidad nutricional de los alimentos que se venden en Brasil, tomó como el siguiente paso en la limitación de la ingesta de azúcar a través de acuerdos que se firmó con los representantes de las entidades molinos.
Como asociación, la ABIMAPI conduce de manera permanente, trabajar en pro de la participación conjunta y el compromiso de los segmentos que representan y alienta la adopción de sistemas de control de calidad del producto. La entidad también se ajusta el incentivo a la formación de la industria y la creación de capacidades y el seguimiento de los resultados de la información proporcionada por sus miembros.
“Además de seguir las reglas propuestas por las agencias reguladoras, nuestra industria, innovando en sus procesos, se ha puesto en marcha una serie de iniciativas que buscan hacer la comida más saludable, lo que contribuye a la calidad de vida de la población y para la prevención de enfermedades” señala Claudio Zanão, presidente de ABIMAPI. •
Extraídas cuestión del vínculo: http://docerevista.com.br/compromisso-com-a-saude/
